martes, 22 de junio de 2010

CRÍTICA: "El viaje al Sur"


El viaje al Sur
La originalidad de Jorge Luis Borges encuentra en el libro de Ficciones un gran lucimiento, traducido a varios idiomas, fue galardonado en 1961 con el Premio Internacional.
La penetrada filosofía de El Sur, uno de los cuentos de Ficciones, toma el mundo existente y real como si fuera una alucinación o una idealización dentro de la cual vivimos, sin darnos cuenta. El Sur publicado por primera vez en La Nación y recogido posteriormente en Ficciones se constituye como uno de los mejores cuentos de Borges. El mismo lo confirma en una entrevista: "Es acaso mi mejor cuento bástame prevenir que es posible leerlo como directa narración de hechos novelescos y también de otro modo". La situación del personaje Dahlmann se relaciona con cierto aspecto biográfico del autor y propone dos tipos de lectura para enfrentarse al cuento: una de carácter lineal y una especie de segunda lectura que incluiría el viaje como un sueño. Explica la credibilidad de tal hecho: "por el golpe en la frente y la fiebre atroz que provoca".
El sueño-viaje o la ficción dentro de la ficción, no representa otra cosa en El Sur que es una realidad imaginaria provocada por el desdoblamiento febril del propio Dahlmann. La realidad e irrealidad se confunden en una realidad suprema, por lo que comprende el viaje al sur como un segunda lectura que sólo parece pertinente desde lo metodológico. La realidad del cuento se concentra y sostiene en el sueño-viaje que es ser su condición fantástica. Esta realidad no puede ser encasillado a ninguna época. Él permanece alejado del tiempo y del espacio porque es una palabra que evoluciona con el hombre.
La realidad en El Sur adquiere una estructura de progresión permanente, ella atraviesa por diversas etapas que terminan por construir un mundo de irrealidades que encuentra su soporte fundamental en el viaje-sueño. Esta realidad más compleja comienza a gestarse en El Sur, a partir del momento en que Dahlmann se apodera de Las Mil y una Noches, texto que, es un elemento estructurador clave en el cuento. Es en ese instante de la narración donde se comienza a captar el lenguaje narrativo proveniente de la conciencia del personaje. A partir de este momento el lenguaje es connotativo, cuya narración es una construcción imaginaria y lo expresa de este modo: "La fiebre lo gastó y las ilustraciones de la Mil y una Noches sirvieron por decorar pesadillas".
El sueño-viaje parece ser el sostén del cuento que culmina con la muerte real de Dahlmann.
Esto pretende mostrar que la realidad aparente en el cuento, no es más que una construcción de lo imaginario, y es Borges que explica este hecho de este misterioso encantamiento de la imaginación.

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